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<p><strong>Comentario realizada por el periodista Federico Odorisio a la Obra Brunno, la historia está en tu casa” TEATRO POR LA IDENTIDAD</strong></p>
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<p>Uno asiste con cierto escepticismo cuando el tema a abordar son los ´70. El tema es re manido no por eso, claro está, dejar de ser excluyente. Lo cierto es que uno aborda la obra temiendo que no va a presenciar nada nuevo. Otro refrito de los años más espeluznantes de la historia argentina. Es difícil encontrar una veta de aquellos años de horror que no se haya abordado con anterioridad. Sin embargo una grata excepción ocurre con “Brunno, la historia está en tu casa”, la obra teatral dirigida por Néstor Passarella, con guión de Estela Pitoni, protagonizada por la misma autora junto a Dora Chaves.</p>
<p>La puesta aborda la tragedia argentina desde una perspectiva costumbrista, cotidiana, simple: Dos consuegras, vecinas y amigas de casi toda la vida se reúnen con frecuencia en la casa de una de ellas para finiquitar algunos detalles en vísperas del nacimiento de quién será su primer nieto. Mientras avanzan en los preparativos, en sus charlas comunes se vislumbran los sueños, las expectativas y los temores que se infunden tanto por el amanecer de una nueva vida alrededor de dos familias que se unen en sangre como por el agitado panorama político que vive el país: Porque sus hijos son buenos chicos, pero jóvenes, idealistas y solidarios… lo suficiente para merecer una sentencia de muerte en aquellos años. Mérito bastante para que los pequeños vástagos no deban volver con esas abuelas forjadoras de “terroristas”.</p>
<p>Mientras la obra avanza entre cándida y coloquial, un clima de ansiedad y tristeza va invadiendo la escena porque todos ven venir la tormenta que sucede a la calma chicha: Cuando el horror menos pensado patea las puertas y las risas se convierten en llantos que asfixian, los sueños se trocan en una desesperada esperanza. Cuando no queda otra que despertar y ver que la vida se ha vuelto una angustia insoportable por la decisión de vaya a saber quiénes y con qué intenciones. Abrir los ojos a una realidad ignorada y descubrir que los monstruos no solo habitan en los cuentos sino que están entre nosotros y tienen rostro humano.</p>
<p>Y, a pesar de todo, seguir viviendo. Aferrarse a una esperanza, a una búsqueda, y revolver el barro del dolor y la ignominia.</p>
<p>La obra emociona, los climas del director están en sintonía con los momentos del libreto, y las actuaciones de ambas actrices son muy convincentes aún cuando -más o menos por la mitad de la obra- la historia entra en una meseta. Una mención especial para la actriz Dora Chaves quién logra un personaje intenso, simpático y conmovedor, manejándose con gran naturalidad y ductilidad sobre el escenario. </p>
<p>La gran historia, la que se cuenta en los libros, está hecha también de estas pequeñas historias. Y la gran tragedia argentina de los años de plomo cobra un carácter más humano contada a partir historias con rostros comunes, vidas pequeñas, situaciones ordinarias. Este tal vez sea el mayor mérito de “Brunno, la historia está en tu hogar”.</p>
<p> Federico Odorisio (LIc. en Periodismo)</p>
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<div>Facultad de Ciencias de la Alimentación</div>
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