[Docentes] DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN- DESDE 1979 -FAO
decano en fcal.uner.edu.ar
decano en fcal.uner.edu.ar
Lun Oct 17 15:13:22 ART 2011
Estimados:
Les hago llegar este correo en el que como Decano de una Facultad cuya
misión es formar Ingeniero y Técnicos en Ciencia y Tecnología de los
Alimentos, este articulo escrito por un colega y amigo de la UNL,
Ricardo Luis Mascheroni, que muchos de Uds conocen, no tiene
desperdicios. Es a mi criterio para reflexionar y tenerlo presente para
ser realidad aquello que nos proponemos diariamente de formar
profesionales con valor.
Gracias al docente-investigador de nuestra facultad, Lic Facundo
Bordet, que me lo lo hizo llegar a mi correo familiar.
A todos gracias por su atención.
Dr. Hugo R. Cives
Decano-FCAL-UNER
AGUAFUERTES AMBIENTALES
HAMBRUNA, ALIMENTOS E INDIFERENCIA
En Octubre, más concretamente el día 16 se recuerda el Día Mundial de
la Alimentación, establecido en 1979 a instancias de la FAO
(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación), llamado también, a partir del año 2001, Día Mundial de
la Soberanía Alimentaria.
Al momento de la fundación de esta organización, el 16 de Octubre de
1945, el mundo aún no se había repuesto de los dolores y horrores de la
Segunda Guerra Mundial y millones de personas seguían al borde de la
muerte por inanición, requiriendo una atención urgente y decidida.
Este panorama, impulsó la creación de la misma, cuya finalidad
intentaba generar lazos de solidaridad, colaboración y ayuda entre los
países, para mejorar la eficacia y el alcance en la lucha contra el
hambre, la malnutrición y la pobreza.
Durante décadas, con aciertos y fracasos la FAO cumplió un rol
aceptable en esa dirección, pero pese a ello el hambre en el mundo, no
sólo que no descendió, en términos cuantitativos y cualitativos, sino
que se incrementó y casi el 20 % de la población del Planeta no tiene
lo mínimo indispensable para su subsistencia.
Sin ir más lejos y en estos precisos momentos en que los titulares de
los grandes medios de comunicación y portales informáticos se pelean
por vaticinar el resultado de la crisis económica global, el silencio
cubre la hambruna que afecta a 13 millones de personas en el denominado
Cuerno de África, en el cual países como Somalía, Etiopía y Kenia entre
otros, tienen a gran parte de su población al borde de la extinción por
hambre, a la par que los poderosos asisten con miles de millones de
dólares o euros a los dueños de la piratería financiera internacional.
En una suerte de lógica o ilógica perversa, casi es seguro que piensan
de esos pueblos que son negros y africanos y no merecen el mismo
tratamiento que los griegos, españoles o italianos. Los sienten como
personas de segunda categoría y así los tratan.
El tan declamado derecho humano universal a la alimentación,
consagrado en tantas declaraciones, congresos y convenciones
internacionales, mientras tanto, duerme el sueño de los justos ante la
indiferencia generalizada.
Eso sí, en un cinismo sin parangón, organizaciones, proyectos y
programas financieros y periodísticos se ocupan en esos mismos
territorios, de anoticiar con ahínco a todo el mundo sobre su loable
labor de salvar y proteger a las gacelas, elefantes, leones y cuanta
especie camine por esas tierras, ínterin los seres humanos se
convierten en pasto de los buitres.
Insisto: Negro, africano o pobre no son una buena combinación para
obtener un pasaporte hacia la vida.
Nadie de nosotros puede considerarse ajeno a este genocidio, ya que en
la euro zona, EE.UU y otras latitudes, el gasto en alimentos, atención
sanitaria, peluquería, guarderías, psicólogos, entrenadores y
paseadores de mascotas, supera, en mucho, el monto que requeriría la
erradicación del hambre de los más desprotegidos del mundo.
Mientras un discurso tentador y sensiblero que habla de los derechos
de los animales, poniéndolos en un pie de paridad con los seres
humanos, se entroniza, las clínicas veterinarias se multiplican y los
laboratorios multinacionales, ligados casi siempre a la matriz del agro
negocio, se restriegan las manos, por las ganancias que ingresan a
raudales.
No es casual el incremento del marketing publicitario en esta
dirección, tampoco la concurrencia de gente del espectáculo a programas
con mascotas, presentadas a la “moda” y en forma tan ridícula como sus
dueños, despertando en muchos la imitación cholula, que impone la
adquisición innecesaria de tal o cual especie o raza de animal.
A la par se vitupera casi por herejes, a los que por carencias y con
métodos casi prehistóricos e intentando prolongar aunque sea un día
más, su sobrevivencia y de su familia, sobre la tierra, cazan algunas
de las especies que gozan del favoritismo cultural y sentimental, de
los que sentencian a pueblos enteros a su desaparición.
Un representante de un país africano, en una convención en París, a
sus pares de las naciones enriquecidas, les dijo: Mientras Uds. hablan
de proteger la biodiversidad, nosotros nos la comemos para vivir un día
más.
Sobre el origen de estas hambrunas homicidas, mucho se ha dicho y
escrito, pero no vaya a creer que las causas obedecen a la
superpoblación del Planeta, las variaciones climáticas o la poca
producción de alimentos, todo lo contrario, la comida que se tira o se
desperdicia en el mundo, es más que la que se consume, estudios en esa
dirección lo han demostrado claramente.
En la génesis y desarrollo de esta lamentable realidad, mucho tiene
que ver la injusta distribución de la riqueza, la concentración del
mercado alimentario en pocas manos que desechan comida para mantener
los precios, el consumismo irracional y la falta de equidad en las
relaciones de poder internacionales.
Es largamente sabido que un pequeño grupo de privilegiados, entre un
15 y un 20% del total de la población planetaria, ubicados en los
países enriquecidos (intencionalmente llamados ricos), pero también
dentro de nuestras propias sociedades, consumen el 80% de los alimentos
que produce la tierra.
Para que lo entienda lo grafico de la siguiente forma: En una mesa, se
sientan 10 comensales, viene un mozo con 10 milanesas y cuando todos
creen que comerán una cada uno, 2 de ellos se devoran 8, en
consecuencia los 8 comensales restantes se tienen que conformar con 2.
En esta repartija injusta, el hambre siempre será una dolorosa
realidad.
Como si fuera poca la magnitud de esta inequidad, ahora a la tierra le
exigimos que produzca, no para alimentar a los hambrientos, sino para
los tanques de combustibles de los automotores, cuya voracidad es
insaciable.
En esta tesitura, recientemente se ha conocido una información que
muestra que Argentina ha aumentado la exportación de biodiesel un 70%
en los últimos 8 meses, en una competencia mundial sin solución de
continuidad, que cada día pone a más seres humanos al borde del abismo.
La soberanía alimentaria que permitiría a los pueblos, la
autodeterminación de qué producen, qué comen y quiénes, sucumbe ante el
impulso arrollador de los agronegocios, orientados a la maximización de
ganancias en el menor tiempo e inversión posible y concentrados en
pocas manos.
Valga a manera de colofón la frase que se la atribuye a Gandhi, que
expresa: "la tierra proporciona lo suficiente para cubrir las
necesidades de todos los hombres, pero no para la codicia de unos
pocos".
Los dejo para que lo piensen y me despido hasta la próxima
Aguafuertes.
Ricardo Luis Mascheroni
Docente e investigador universitario
SANTA FE - ARGENTINA
---------------------------------------------------------
Recuerde que ningun Administrador de red le solicitará
el envío de una contraseña por correo electrónico.
Si recibe un correo en el que se solicita una contraseña
seguramente se trata de un fraude; avise del mismo a sus
administradores de red a la brevedad.
---------------------------------------------------------
Facultad de Ciencias de la Alimentación
Universidad Nacional de Entre Ríos
http://www.fcal.uner.edu.ar/
Más información sobre la lista de distribución Docentes