[Docentes] RV: reenviar caparros

benedettim en fcal.uner.edu.ar benedettim en fcal.uner.edu.ar
Mar Jun 23 21:52:29 ART 2009


Caparrós nos tiene habituados a hablar con sensatez y precisión.
Indiscutible su posición que hago mía y reproduciré entre mis listas. 
Gracias Carlos
Marta Benedetti

On Tue, 23 Jun 2009 18:38:39 -0300, "Carlos Omar Vuarant"
<vuarantc en fcal.uner.edu.ar> wrote:
>  
> 
> NUNCA ES TRISTE LA  VERDAD, LO QUE NO TIENE ES REMEDIO.....
> 
>  
> 
>  
> 
> Lucha de clases en la escuela pública (por Martín Caparrós)
>  
>  Soy un producto de la escuela pública argentina y a veces, cuando me
> distraigo, me da
>  orgullo; mi hijo también fue a la escuela pública y acaba de terminar
> su
> quinto
>  año. Pero en las décadas que pasaron desde que empecé primer grado
> –inferior–
>  nuestro sistema educativo cambió brutalmente. Cuando yo era chico sólo
> iban
> a
>  colegios privados los garcas que querían educarse a fuerza de hostias y
> los
> raros que
>  preferían hablar otros idiomas y los vagos que la escuela pública no
> soportaba
>  más. Pero mis amigos y yo –hijos de la clásica clase media porteña–
>  sabíamos que el sistema de educación estatal era nuestro lugar: la
> escuela
> pública
>  era la mejor, la primera opción. Ahora no: mis amigos dudan mucho antes
> de
> mandar a
>  sus hijos a una escuela del Estado –y la mayoría no lo hace. 
>  
>  La educación pública ya no es para todos, ni para el que la elige; es
> para
> quien no tiene
>  más remedio. Tres de cada cuatro alumnos estatales pertenecen al tercio
> más
>  pobre de la población. 
>  Entre el 20 por ciento más pobre, nueve de cada diez van a la escuela
> pública; 
>  entre el 20 por ciento más rico, uno de cada siete. Y la tendencia se
> acelera: 
>  en 1997 el 24 por ciento de los chicos acomodados iba a escuelas
> públicas;
> en 
>  2006, según un informe del Centro de Estudios de Políticas Públicas,
> sólo
> el 15 
>  por ciento. Las cifras precisan lo que ya sabemos: que los padres
quieren
> mandar 
>  a sus hijos al privado. En la escuela sarmientina quedan los que no
> pueden:
> los 
>  más pobres. 
>  
>  El fracaso de la educación pública es el efecto más espectacular del
> derrumbe del
>  Estado argentino. Solía ser su estandarte: la forma más eficiente de
> producir esa
>  relativa integración social que nos constituyó como país, en esas
> aulas
> donde,
>  bajo los delantales blancos, las clases sociales se mezclaban por un
rato
> y
> se
>  formaban con las mismas consignas, las posibilidades brevemente
> emparejadas.
>  La educación pública servía para equilibrar, para integrar, para
>  “redistribuir” –y para producir un país más educado, con mejores
> posibilidades en todos los
>  terrenos. Ahora parece como si no importara. Y, de hecho, no les importa
> a
> los que
>  manejan el Estado: hace mucho que mandan a sus chicos a colegios
> privados.
> Es
>  una característica de muchos estados actuales –sus dirigentes no se
> incluyen en
>  ellos, no usan sus escuelas y hospitales, no le pagan impuestos, no
> respetan
>  sus leyes–y es curiosa: ¿quién se imagina al gerente de la coca-cola
>  pidiéndose una pepsi? 
>  
>  Así que tengo una propuesta populista para encarar la cuestión
> educativa.
> Es una ley
>  que habría que votar cuanto antes: “Queridos gobernantes, no todo
> pueden
> ser
>  alegrías, ganancias extraordinarias, honores merecidos, gratitud
> popular.
> Los
>  cargos deben tener alguna carga. Y ésta será modesta pero inflexible:
> se
>  ordena, so pena de prisión  y pedorreta pública, que todos los
> funcionarios
> del Estado
>  –de un nivel equis para arriba– manden a sus hijos y nietos, sin
> excepción,
>  a la escuela estatal más cercana”. Es posible que, entonces, la
> educación
>  pública mejore seriamente. 
> 
> 
>  Así estamos, en la lucha de clases.
>  
>  La lectura de esta nota, más el conocimiento de un anteproyecto de ley
> impulsado por
>  padres rionegrinos en 2002, proponiendo lo mismo; y un proyecto del
> senador
>  brasileño Cristiam Buarque  - ex ministro de Educación del gobierno de
> Lula
> -, con
>  similar proposición en el país hermano, fortalecieron la sensación de
> que
> no era
>  una idea tan absurda.
> 
>  
> 
>  La "ingenuidad" sumada de muchos puede transformarse en una decisiva
> manera
> de
>  instalar el tema y llegar a que se debata seriamente.
>  
>  Si estás de acuerdo, reenviá este mensaje para que se propague y el
> mail
> grite hasta que
>  nos escuchen
>  
>  Saludos,
>  Martín Caparrós
> 
>  
> 
>  
> 
>         Prof. Carlos O. Vuarant
> 
>              Secretario Técnico
> 
> Fac. Ciencias de la Alimentacion
> 
>             0345-423-1451




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