[Egresados] [Docentes] Una reflexión sobre donde está el espíritu critico la Universidad
Carlos Jaime HARTWIG
carlos.hartwig en uner.edu.ar
Sab Mayo 22 12:28:58 -03 2021
Alfredo
Yo curse durante la dictadura y conozco muy bien lo que se hacía
Tuve que pagar en la Universidad pública para poder rendir, todavía guardo
las chequeras con que debía pagar en el Correo mensualmente y fui de los
que organizó el centro de estudiantes a la salida de la dictadura porque
nos veníamos reuniendo durante la dictadura para eso y la Guerra nos
permitió organizarnos y elegir delegados por curso sin que nos sancionen
Por lo que conozco y viví esos momentos y no hay ninguna forma de comparar
con la actualidad
Puedo estar de acuerdo en que falta participación y que desde las
instituciones no se hace mucho para eso, que no quieren ver estudiantes
opinar, que sacan resoluciones que tratan de que los estudiantes no tengan
tiempo para organizarse dando plazos escasos para mantener la regularidad
(molestaban esos que rinden una materia por año y hace política) poniendo
límites a la regularidad y materias aprobadas, pero esto es algo
generalizado en todas las facultades del país buscando evitar que los
estudiantes sean críticos y no estoy de acuerdo con esas medidas, muchas de
las cuales nacen en la década del 90.
Pero el artículo que subistes nada tiene que ver con eso, su objetivo es
otro, su objetivo ideológico es plantear una Universidad para élites, una
salida mezquina y anti social que promociona la muerte, si tu objetivo era
otro elegistes muy mal el texto que planteastes, esto es neoliberalismo
individualista propio de los ANCAP y los Libertarios
Este artículo plantea enfrentar la democracia, en especial si el gobierno
es progresista, toma el concepto de otros movimientos sociales del mundo
que están manipulados por el fascismo (ideología de fondo, no declarada,
del autor de este artículo) que puede no lo hayas visto, por algo pública
donde publica y no hay eco de sus comentarios en la sociedad, considero que
debe ser porque su oculto planteo político y objetivo es dar cauce a esos
sectores libertarios, ancap y facistas del país. Por esta razón respondí al
contenido de fondo del artículo y deje planteado en la primera parte de mi
texto, no son palabras mías, las tomé de Adam Smith.
Respecto del uso de los lugares, en el peor momento de esta pandemia, de
que se retrasen exámenes o que pobrecito, los familiares no puedan festejar
en la facultad cuando alguien se recibe, me parece una frivolidad alarmante
en el momento en que evitar el contagio y la muerte es lo fundamental, de
que sirve festejar si luego sobreviene la muerte
Te recomendaría leer DANIEL DEFOE, autor de Robinson Crusoe (libro por el
que se lo conoce) y leas "DIARIO DEL AÑO DE LA PESTE" y veras lo que es una
pandemia descontrolada, cuando los padres debían dejar encerrado en sus
casa a los hijos contagiados para que se mueran y se iban lejos, yo no
quiero eso para nuestra sociedad, o como los ricos, con su criterio
individualista, se iban de la ciudad trasladando el virus a la campiña
generando la muerte, como hoy se sigue viendo esa ideologia, ya que el que
tiene dinero hace lo que quiere y el resto es descartable, que se muera, no
les importa.
Te paso una dirección desde donde se puede descargar en forma gratuita ese
libro
http://fundacionvisibilia.org/descargas/Diario_de_la_Peste_en_LF.pdf
<https://www.avast.com/sig-email?utm_medium=email&utm_source=link&utm_campaign=sig-email&utm_content=webmail>
Libre
de virus. www.avast.com
<https://www.avast.com/sig-email?utm_medium=email&utm_source=link&utm_campaign=sig-email&utm_content=webmail>
<#DAB4FAD8-2DD7-40BB-A1B8-4E2AA1F9FDF2>
El sáb, 22 may 2021 a las 11:44, Roberto Varela FCAL (<
varelar en fcal.uner.edu.ar>) escribió:
> Estimados gracias por opinar y compartir puntos de vista
>
> Evidentemente Andrea nos separa una distancia generacional importante. Le
> aseguro que el tiempo pasa para todos. Se trata, y esto es para Carlos
> también, de analizar la presencia y la opinión de la Universidad como
> ámbito máximo del conocimiento en medio de una de la cosas más terribles
> que nos ha tocado vivir como país y que justamente, no es imputable a
> ninguna persona en su origen.
>
> Si resulta analizable el comportamiento del tratamiento político y
> sanitaria del problema, pero ni siquiera se llega allí, aún.
>
> La Universidad que forjamos cuando eramos estudiantes luego de la
> dictadura pretendió darse un camino de inclusión y modernización de los
> claustros. La discusión entre claustros se extendió por mucho tiempo con
> argumentos rebatibles, deseables, interesados y todo lo que se pueda decir
> pero todos conocían las posiciones y orientaciones de cada actor de la
> Facultad en nuestro caso.
>
> Ahora bien, desde hace muchos años, entiendan bien, muchos años, en
> nuestra facultad no hay reuniones de claustro y menos inter claustros para
> analizar, pensar, discutir, intercambiar ideas. Estamos hablando de ANTES
> de la pandemia.
>
> La pandemia solo puso de manifiesto que no había mecanismos alternativos y
> profundizó esta situación. Podría argumentarse que el Consejo de la
> facultad se ha seguido reuniendo. Bien, es correcto. Ahora bien, con el
> planteo previo, las opiniones, las posiciones de esos consejeros ¿a quien
> representan?. Si no ha habido una reunión de claustro, egresados,
> profesores consejeros, como fundamentan las posiciones del claustro al que
> pertenecen.
>
> Para analizar la situación de la pandemia en la facultad, primero
> recurriría a referencias solventes como ocurre en los trabajos que los
> profesionales deben abordar. Que un estudiante no pueda rendir su examen
> final de Ingeniería o Doctorado con las condiciones edilicias, de
> conocimiento, de distanciamiento mientras los familiares y amigos lo ven
> juntos en una casa por internet para poder festejar ese momento mágico y
> único, es de un anacronismo por analogía que no tiene explicación. Los
> estudiantes, excepto los perjudicados, calladitos. Falta lugar en la Planta
> piloto? los laboratorios? se pueden desdoblar actividades? se pueden hacer
> cosas.
>
> Si ésta Universidad carece de respuestas para éstas situaciones, como
> garantizamos que sus egresados estén fogueados en la realidad, como se
> justifica la sacralizada inclusión si la misma no da las respuestas que de
> ella se esperaba. Como podemos opinar sobre algo si ni siquiera lo ponemos
> sobre una mesa y lo abordamos.
>
> Todas son preguntas y seguramente hay respuestas y sería bueno conocerlas.
>
> Insisto, por último, desde hace AÑOS, que los estudiantes no pueden saber
> que opinan los egresados y profesores por que está políticamente prohibido
> en nuestra facultad. Más aún, hay sensores que auditan los grupos y que
> definen la pertinencia de los correos electrónicos. Esta situación debe
> cambiar.
>
> Sigamos debatiendo ideas para que todos nos entendamos y conozcamos mejor.
>
> Buen fin de semana.
>
>
> Roberto A. Varela
>
>
>
>
> El 21/5/21 a las 22:56, Andrea Barone Escobar escribió:
>
> Ing. Hartwig opino igual que Ud.
>
> No conozco al Sr. Varela, que me gustaría saber la edad... está de
> acuerdo con que todo tiempo pasado fue mejor... ???
> Está Ud. Seguro de esa afirmación? ( entre tantas otras afirmaciones de
> ese escrito)
> A ud. no se le murió nadie por covid?... cuando viva en carne propia lo
> que es perder a un ser amado por trabajar en un institución educativa...
> después me cuenta!
>
> Saludos Cordiales
> Andrea Barone
>
> El vie., 21 de mayo de 2021 20:09, Carlos Jaime HARTWIG <
> carlos.hartwig en uner.edu.ar> escribió:
>
>> Me parece un provocador que no respeta la vida no a las personas
>> Destrata al sector más dinámico que con una adecuada apreciación
>> científica comprende la realidad y se restringe a ella
>> No es un sector arbitrario, individualista, libertario o ANCAP como son
>> los sectores cercanos a Luciano Romá, que hacen mucho por no respetar la
>> vida ni a las personas, solo a la libertad individualista, mezquina, no
>> benebolente, ventajista y con solo el afán de lucro por sobre la vida
>> Esto queda en evidencia en la mayoría de sus escritos, que realmente no
>> merecen ningún respeto ni análisis para rechazar en todo sus falsos
>> conceptos democráticos
>> MÁS BIEN SE PARECEN EN MUCHO A LO QUE LOS ANTIGUOS GRIEGOS DENOMINABAN
>> "IDIOT"
>> Ing. Carlos HARTWIG
>>
>>
>> <https://www.avast.com/sig-email?utm_medium=email&utm_source=link&utm_campaign=sig-email&utm_content=webmail> Libre
>> de virus. www.avast.com
>> <https://www.avast.com/sig-email?utm_medium=email&utm_source=link&utm_campaign=sig-email&utm_content=webmail>
>>
>> El vie, 21 may 2021 a las 17:30, Roberto Varela FCAL (<
>> varelar en fcal.uner.edu.ar>) escribió:
>>
>>>
>>> LOS UNIVERSITARIOS DE LA PANDEMIA, ENTRE LA RESIGNACIÓN Y EL SILENCIO
>>> Por Luciano Román
>>>
>>> La Nación
>>>
>>> Los universitarios se han quedado sin universidad. Sin embargo, parecen
>>> aceptarlo con una pasiva resignación. Aunque la historia los muestra
>>> como el sector más rebelde, contestatario y movilizado de la sociedad,
>>> una extraña atmósfera de silencio y conformismo se observa, esta vez,
>>> alrededor de universidades desiertas.
>>>
>>> El universitario es el único estamento educativo que no ha hecho ni
>>> siquiera el intento de retomar, con protocolos adecuados, la actividad
>>> presencial. Solo funciona –en una versión “de baja intensidad”– la
>>> mecánica de clases, seminarios y mesas examinadoras en el formato
>>> virtual. No es necesario detallar en qué medida se ha empobrecido la
>>> vida universitaria al suprimir –por tiempo indefinido– el encuentro
>>> “real” de estudiantes y profesores, la interacción entre los propios
>>> universitarios, la práctica en laboratorios, las asambleas o las salas
>>> de lectura. Miles de estudiantes de Medicina han aprobado Anatomía sin
>>> tocar un hueso. Es posible que, a este ritmo, tengamos las primeras
>>> “promociones virtuales” de ingenieros, médicos, odontólogos o
>>> arquitectos. La universidad se habrá encogido, así, hasta alcanzar la
>>> dinámica de los cursos por correspondencia. ¿Sus títulos valdrán lo
>>> mismo en el mercado laboral? Una pregunta que hoy nadie se formula.
>>>
>>> La burocracia que gobierna las casas de estudio deberá responder alguna
>>> vez por este cierre indefinido que ya lleva 15 meses. Pero el
>>> interrogante que tal vez debamos formularnos es ¿por qué las juventudes
>>> universitarias aceptan con tanta pasividad y mansedumbre esta pérdida
>>> irreparable en su proceso de formación? Una minoría lo hará por
>>> afinidades ideológicas: adhieren al cierre de universidades por
>>> compromiso con un oficialismo que ha decidido “militar” la parálisis
>>> educativa como una supuesta estrategia de cuidado sanitario. Lo han
>>> convertido en un dogma y un eslogan, aunque las evidencias demuestren
>>> que las aulas cerradas no atenúan la curva de contagios. Pero el
>>> silencio excede a las minorías militantes. ¿Tiene que ver con el
>>> espíritu de una generación que ha perdido la esperanza en el país y cree
>>> que rebelarse y discutir el statu quo no tiene sentido?
>>>
>>> Mientras el cierre de escuelas ha promovido una saludable reacción
>>> ciudadana y un fuerte debate público, el de las universidades pasa casi
>>> inadvertido, como si no hubiera matices, discrepancias ni reacciones
>>> ante un confinamiento eterno que no se verifica en ningún otro sector.
>>> ¿Dónde están los “universitarios organizados”?
>>>
>>> Hay millones de jóvenes que se sienten “una generación en tránsito”:
>>> piensan en recibirse rápido para emigrar con el título bajo el brazo.
>>> Tal vez esta universidad que despacha cursadas y recibidas por Zoom les
>>> ofrezca un atajo más directo a ese proyecto de salida. En ese caso, la
>>> pasividad ante el cierre de las facultades quizá sea la expresión de una
>>> especie de exilio anticipado de amplias franjas de la juventud
>>> argentina, que ya no se sienten parte, que miran al país con prematuro
>>> escepticismo y que no creen que valga la pena dar ninguna pelea más allá
>>> de sus objetivos prácticos. Quizá también sea un silencio cómodo, que
>>> conjuga con el espíritu de una generación que demora la ida de la casa
>>> de sus padres, elude los compromisos rígidos y milita la corrección
>>> política desde su teléfono celular.
>>>
>>> Hay, entre los universitarios, una mayoría silenciosa que reniega, con
>>> razón, del activismo militante. Lo ven anclado en un ideologismo
>>> dogmático, con reivindicaciones ramplonas de un setentismo desquiciado.
>>> Pero frente a esos reparos saludables cabría otro interrogante: ¿la
>>> única forma de alejarse de los extremos y dogmatismos es desentenderse
>>> del compromiso y el debate? ¿No se les deja así el camino libre a los
>>> sectores más ideologizados para que lleven la voz cantante?
>>>
>>> Buena parte de las minorías militantes también se sienten cómodas con el
>>> silencio. Sin ninguna fidelidad al espíritu universitario, ejercen la
>>> obediencia con el poder de turno, al que no buscan incomodar; mucho
>>> menos, confrontar. El kirchnerismo –se sabe– ha colonizado con dinero y
>>> con eslóganes a una importante porción del ecosistema académico. La
>>> principal organización política juvenil (La Cámpora) no se ha forjado
>>> “en la lucha” ni a la intemperie, sino al abrigo del poder y en el
>>> confort de los cargos. Hay, sin embargo, agrupaciones con larga
>>> tradición en la política universitaria que no han sido cooptadas por el
>>> oficialismo y, sin embargo, no parecen promover ningún debate
>>> consistente, más allá de algunas posiciones valientes pero aisladas.
>>> Hasta han tolerado, sin mucha discusión ni pataleo, que les metan a
>>> Boudou a dar cátedra en la UBA. Esos sectores universitarios que han
>>> protagonizado rebeldías históricas, que promovieron la Reforma del 18,
>>> que han sido siempre sensibles a la defensa de la autonomía
>>> universitaria, que han vivido en ebullición y han cultivado el espíritu
>>> asambleario, hoy se muestran dóciles y resignados ante un paisaje de
>>> facultades cerradas en las que nadie discute ni debate nada. Los centros
>>> de estudiantes están en estado vegetativo.
>>>
>>> El silencio también domina a un cuerpo docente que parece anestesiado.
>>> ¿Todos piensan igual? Hace tiempo que cierta uniformidad se ha apoderado
>>> de los recintos universitarios, donde el pluralismo, la diversidad, los
>>> contrastes y las divergencias deberían encontrar –por el contrario– un
>>> especial caldo de cultivo.
>>>
>>> Ni los estudiantes ni los docentes parecen poner en discusión el hecho
>>> de que funcionen los clubes, pero no los campos de deportes
>>> universitarios; las librerías comerciales, pero no las bibliotecas de
>>> las facultades; los restaurantes, pero no los comedores estudiantiles;
>>> los laboratorios privados, pero no los de los centros o institutos de
>>> investigación. Nadie plantea, tampoco, por qué los profesores que ya han
>>> sido vacunados (o los que no integran los grupos de riesgo) no pueden
>>> empezar a dar clases presenciales. Las fórmulas intermedias no parecen
>>> exploradas: el cierre es total y absoluto; lo mismo para facultades
>>> chicas que para las más grandes; para cátedras que trabajan al aire
>>> libre que para las que funcionan en espacios cerrados; para materias que
>>> exigen práctica y experimentación que para las que son puramente
>>> teóricas. En lugar de ofrecer modelos innovadores, con esquemas mixtos
>>> de presencialidad y virtualidad, la universidad (sin ninguna creatividad
>>> ni sofisticación) se ha aferrado a una medida rústica y primitiva:
>>> candado hasta nuevo aviso.
>>>
>>> El sistema universitario parece verse a sí mismo como una casta
>>> privilegiada escudada detrás de un discurso pseudoprogresista. “Militan”
>>> el cierre de aulas, pero no tolerarían que el recolector de residuos
>>> dejara de pasar por la puerta de su casa. Hacen una bandera de “la
>>> defensa de la universidad pública”, pero no se consideran “esenciales”
>>> en esta situación de emergencia. Quizá se sientan parte de eso que ha
>>> definido con pasmosa sinceridad Carlos Zannini: “Personalidades que
>>> necesitan ser protegidas por la sociedad”.
>>>
>>> Los jóvenes aceptan esta “universidad minimalista”, atomizada y
>>> encapsulada en el Zoom, sin reclamar su derecho a recuperar una vida
>>> universitaria que implica mucho más que avanzar casilleros en la carrera
>>> hacia un título de valor incierto. Entender las causas de ese silencio
>>> quizá nos lleve a encontrarnos con una generación que no ve un horizonte
>>> en la Argentina, que está instalada en el desencanto y que percibe la
>>> universidad como un lugar de paso; apenas una escala en un viaje hacia
>>> otra parte. En ese silencio quizá se esconda el fracaso de un país en el
>>> que, por primera vez, el futuro luce peor que el pasado.
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